Conseguí mi sueño.
Sigo haciendo cola para la ayuda social.
El subsidio no alcanza para el final de mes.
No llegué a cumplir mi sueño, o sí?
Solo quería ser una mujer normal.
Tener un marido, tener un trabajo común y
una vida sencilla y corriente.
Quería huir de ser especial.
Antes siempre me veían con admiración.
La gente pagaba por verme.
Y era única.
Una estrella en mi espectáculo hasta que llegó él.
Me alabó, engatusó y enamoró.
Un representante con mucha labia y frases llenas de almíbar para una estrella aislada en el espectáculo.
Me encandiló y me hizo dejar la soledad del escenario por la calidez del matrimonio.
Con el tiempo dejó la franquicia de la famosa crema depiladora por un revolucionario masajeador femenino lleno de sensaciones y con el me cambió por una pareja anorgásmica.
Ahora estoy en la cola del paro, antigua mujer barbuda, estrella de la carpa de las maravillas y sin estudios.
Queriendo ser especial dejé de ser especial
oyendo cantos de sirena sin apreciar lo que tenía.
Ahora conseguí mi sueño y añoro lo que perdí.
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